Yo soy el que te espera...
Tu coche tiene un sonido especial y puedo reconocerlo entre mil.
Tus pasos tienen un timbre mágico, son música para mí.
Tu voz es el mayor signo de mí tiempo feliz y, a veces, no es necesario
mencionar: oigo tu tristeza.
Si veo tu alegría, me hace feliz!
No sé lo que es olor bueno o malo, solo sé que tu aroma es el mejor.
Algunas presencias a veces me gustan, otras, no tanto.
Pero tu presencia es lo que mueve mis sentidos.
Tu despertar, me despierta.
Durmiendo eres mi Dios, reposando en casa, y yo tu sueño.
Tu mirada es un rayo de luz, cuando me doy cuenta de tu despertar...
Tus manos sobre mí, tienen la ligereza de la paz.
Y, cuando Tú sales, todo está vacío otra vez...
Y vuelvo a esperar siempre y siempre...
Por el sonido de tu coche;
Por tus pasos;
Por tu voz;
Por tu estado siempre inconstante del humor;
Por tu olor;
Por tu reposo bajo mi vigilia;
Por tus ojos;
Por tus manos.
Y así soy feliz.
Yo soy el que te espera:
¡Soy tu perro!